El uso eficiente de la energía es fundamental para reducir las emisiones y alcanzar un relevante ahorro económico. Es, por tanto, una herramienta protagonista en la construcción sostenible. Pero, ¿sabes qué es la eficiencia energética y cómo se consigue? Lo explicamos con detalle a continuación:
¿Qué es la eficiencia energética?
También conocida como ahorro energético, consiste en optimizar el consumo de energía, consiguiendo unas condiciones de servicio ajustadas y reduciendo el impacto medioambiental. Es, por tanto, uno de los pilares para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
No solo sirve para mitigar la crisis climática, también es una fuente de empleo, de desarrollo económico y de competitividad. Por todo ello, cada vez tiene más peso tanto para las administraciones como para el consumidor final. Hay que tener en cuenta, además, que trabajar para el ahorro y la eficiencia energética de los edificios no implica en absoluto comprometer la comodidad de uso de los mismos.
La importancia de la eficiencia energética en la construcción
A la frecuente pregunta de cómo alcanzar la eficiencia energética en la construcción se puede responder de forma amplia. Para cumplir con los requerimientos legales y directivas de la UE, cada vez más exigentes, el sector de la construcción puede abordar la sostenibilidad desde el propio diseño, pasando por la orientación de los edificios o la aplicación del estándar passivhaus.
La capacidad de los edificios para separar el ambiente interior del exterior — una buena forma de resumir qué es la eficiencia energética— dependerá de la localización geográfica y de la orientación, así como de su tipología y de los materiales de construcción empleados. El aislamiento térmico, la ventilación y la hermeticidad son también cruciales para conseguir un edificio eficiente.
Con el certificado de eficiencia energética se acredita que diseño y construcción se han planteado desde el punto de vista del ahorro y la optimización del consumo.
El papel del aislamiento en la eficiencia energética
Para reducir el consumo de energía, tanto en obra nueva como en rehabilitación, es fundamental un correcto aislamiento. Es necesario aislar la envolvente térmica para eliminar posibles pérdidas de energía a través de infiltraciones y puentes térmicos.
En el caso de los paramentos verticales, el aislamiento exterior se consigue bien a través del revestimiento de la fachada (SATE o Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) o con una fachada ventilada en la que se realiza inyección o proyección de espuma de poliuretano, con una potente acción aislante. También se puede optar por el sistema de trasdosado interior si no es posible actuar desde el exterior o no hay cámara de aire.
Resumiendo, fachadas, cubiertas, suelos, techos, tabiques interiores, instalaciones y tuberías deben estar correctamente aisladas para mejorar la eficiencia energética de un edificio.
¿Qué ventajas aporta el poliuretano para mejorar la eficiencia energética?
El poliuretano es un material que aísla de forma muy eficiente, dado que presenta una de las conductividades térmicas más bajas. Además, al aplicarse de forma continua no solo aísla, también sella, lo que evita la posible aparición de fisuras y puentes térmicos.
Se ajusta a una amplia tipología de casos con cualquiera de sus aplicaciones, ya sea proyectado, inyectado, en planchas o en paneles sándwich. Además, es sostenible y de aplicación sencilla. Por todas estas razones el poliuretano está muy presente en la construcción de Edificios de Energía Casi Nula (EECN). Por si fuera poco, también aísla acústicamente e impermeabiliza permitiendo la transpiración, lo que lo convierte en una opción eficaz para mejorar la eficiencia energética de los edificios.
