Se calcula que cada año acaban en el mar más de ocho millones de toneladas de plástico, que son cerca del 80% de la basura que hay en los ecosistemas marinos. La mayor parte se deposita en el fondo, convirtiéndose en una amenaza sin precedentes para la salud de mares y océanos. También lo es para las personas, puesto que los elementos contaminantes se introducen en nuestra cadena alimentaria. De ahí la importancia de la correcta separación de residuos y su posterior reciclaje.
Una apuesta por la sostenibilidad y la economía circular
Con el proyecto Upcycling the Oceans para la recuperación de residuos marinos de Ecoembes y la Fundación Ecoalf se quiere paliar este daño recuperando residuos para transformarlos y darles una segunda vida. Nuestras costas y mares tienen una gran riqueza y biodiversidad, por lo que protegerlos debe ser un compromiso prioritario de toda la sociedad.
La propuesta arrancó en 2015, y en este tiempo ha permitido extraer del mar más de 250 toneladas de residuos. En la iniciativa participan 2.539 pescadores y un total de 546 barcos de arrastre. Con su trabajo por el medio ambiente se consigue recuperar también materiales muy valiosos, como el acero o el aluminio.
El ciclo se inicia con los pescadores, que depositan en cada puerto colaborador los residuos recuperados a lo largo de su jornada de trabajo. Son un total de 37, localizados en varios puntos de las costas españolas: Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.
Los restos se seleccionan según el material y se llevan a una planta recicladora. En ella se tratan para transformarlos en nuevos materiales. De hecho, el plástico PET sirve para crear el hilo que Ecoalf emplea para elaborar sus prendas, pero también para elementos aislantes. Tanto el textil obtenido como el poliuretano a partir de material reciclado son de gran calidad y durabilidad, como es el caso de los paneles sándwich de poliuretano que se pueden fabricar con este material recuperado.
El poliuretano, un material sostenible con mucho futuro
Su sostenibilidad está fuera de toda duda, pero no solo por la posibilidad de obtener poliuretano a partir de material reciclado. Por su excelente comportamiento termoacústico, facilita la eficiencia energética de las edificaciones. Esto es imprescindible para reducir el consumo de energía y las emisiones contaminantes, consiguiendo así un aire más limpio en nuestras ciudades.
Además, con las distintas soluciones de poliuretano se consigue reforzar las estructuras edificatorias, por lo que se reduce la necesidad de rehabilitación o de sustitución de elementos constructivos. Se ahorran, de este modo, materias primas y los consiguientes costes de su extracción. Por otro lado, su ligereza lo convierte en imprescindible en automóviles y camiones, ofreciendo prestaciones óptimas y favoreciendo un uso más eficiente del combustible.
A su vez, el poliuretano es reciclable a través de un sencillo proceso, según el cual los residuos, tras ser molidos, son tratados con distintos aditivos y con celulosa para obtener un nuevo material listo para ser utilizado. En el caso de los paneles sándwich, hay que tener en cuenta también que el metal con el que se suelen fabricar las chapas es reciclable; en el caso del acero lo es al 100%.