La envolvente es clave a la hora de rehabilitar térmicamente un edificio. Esta “piel” de la edificación está compuesta por los cerramientos que limitan los espacios interiores habitables del exterior, según contempla el Código Técnico de la Edificación (CTE). Estos elementos deben cumplir con unas condiciones mínimas para adecuarse a la normativa. Además, su correcto aislamiento es imprescindible para la eficiencia energética.
¿Por qué es tan importante la envolvente de un edificio?
La envolvente térmica se compone de varios elementos: los cerramientos (fachadas, muros, cubiertas y suelos) así como los huecos (ventanas y puertas).
En el Documento Básico correspondiente al Ahorro de Energía (CTE DB-HE) se indica que su papel es el de limitar la demanda energética alcanzando un confort térmico mínimo, es decir, ganar en eficiencia energética sin comprometer la comodidad en el interior. Para ello es clave evitar condensaciones y puentes térmicos, por lo que instalar un buen aislamiento es esencial.
Rehabilitar la envolvente para alcanzar la eficiencia energética
¿Cómo hacer una rehabilitación energética de la envolvente que sea eficaz y redunde en la disminución de su demanda energética en hasta el 75%? Hay distintas opciones y materiales en el mercado. Se puede reforzar el aislamiento ya existente en la fachada o instalar una nueva. También es posible la mejora con la eliminación de los puentes térmicos detectados, así como con un aislamiento óptimo de la cubierta.
Es posible utilizar múltiples materiales de baja conductividad para aislar la envolvente, como el poliestireno expandido o el extruido, las lanas minerales o los sistemas de poliuretano. Eso sí, a la hora de plantear el aislamiento hay que tener muy en cuenta en qué zona climática se encuentra la edificación.
¿Qué papel juega el poliuretano en la rehabilitación energética de la envolvente?
Por su baja conductividad térmica es un material muy indicado para rehabilitar la envolvente, puesto que alcanza altos niveles de aislamiento con un espesor mínimo. Además, es muy fácil de instalar, duradero, ligero, fiable y también un excelente aislante acústico.
Puede optarse, según las particularidades del caso, por poliuretano proyectado, poliuretano inyectado, planchas de poliuretano o paneles sándwich. Cada solución se adaptará a las necesidades de la envolvente a aislar, aportando protección frente al agua a las fachadas e impermeabilidad a las cubiertas. Dada su excelente durabilidad y su escasa necesidad de mantenimiento, lo convierten en una inversión óptima, puesto que se amortiza en poco tiempo.
Ejemplos de obras de rehabilitación energética de la envolvente
El aislamiento térmico con poliuretano es una solución rentable, dado que permite un ahorro energético muy importante. Por ello es un material imprescindible en la construcción sostenible y en edificaciones de uso muy variado como las siguientes:
- Aislamiento con paneles de poliuretano en el Edificio Kingspan Lighthouse.
- Aislamiento térmico con poliuretano proyectado en el Centro de convenciones del hotel Salobreña.
- Rehabilitación con poliuretano de una fachada en el Parque tecnológico de Bizkaia.
- Aislamiento con poliuretano de una casa pasiva unifamiliar.
- Aislamiento térmico con poliuretano proyectado en la iglesia Santo Tomás de Villanueva, Granada.