Seguridad contra incendios en fachadas modernas. Más allá de los ensayos de reacción al fuego

Giombattista Traina, director del laboratorio de reacción al fuego del Instituto Giordano (Italia), presentó en la Conferencia Internacional S2B celebrada en Madrid un análisis sobre el impacto de la nueva normativa italiana de seguridad contra incendios en fachadas.
Su ponencia parte de un hecho clave: un incendio ocurrido en 2021 en un edificio con paneles de aluminio y polietileno, que, a pesar de no causar víctimas mortales gracias a las medidas pasivas de protección, impulsó una profunda revisión legislativa en Italia.

 

Seguridad contra incendios en fachadas modernas Giombattista Traina

 

Italia refuerza su marco normativo tras el incendio de 2021

El incendio ocurrido en 2021 en un edificio con revestimiento de aluminio compuesto y núcleo de polietileno fue un punto de inflexión en la seguridad contra incendios en Italia. Aunque los sistemas de protección pasiva, como escaleras presurizadas, puertas cortafuegos y sectores resistentes al fuego, garantizaron la evacuación sin víctimas, el siniestro evidenció una debilidad crítica: los métodos de ensayo aplicados hasta entonces no bastaban para reflejar la complejidad de un incendio real en fachadas.

El incidente reveló que limitar la seguridad a la “etiqueta” obtenida en un laboratorio no garantiza la protección en escenarios donde influyen factores como la combinación de materiales combustibles, las condiciones ambientales externas (viento, temperatura, ventilación) o el diseño arquitectónico. En otras palabras, el resultado de un ensayo aislado no equivale a un sistema seguro.

Fruto de esta reflexión, el gobierno italiano reaccionó con rapidez.

  • En octubre de 2022, se aprobaron nuevos decretos que sustituyeron los métodos de ensayo exclusivamente nacionales por métodos europeos armonizados, buscando alinear a Italia con las normativas continentales y elevar el estándar de exigencia.
  • En marzo de 2023, se introdujo la RTV 13, un conjunto de reglas técnicas verticales enfocadas específicamente en fachadas y cubiertas, que vino a complementar el marco ya existente del RTO (Reglas Técnicas Horizontales) instaurado en 2015.

Mientras que el RTO establece los objetivos generales de la seguridad contra incendios, proteger la vida humana, salvaguardar los bienes materiales y preservar el medio ambiente, la RTV 13 desciende al terreno práctico y define los requisitos concretos para lograr esos objetivos en fachadas y cubiertas.

Entre sus ejes principales se encuentran:

  • Reacción al fuego de materiales, con exigencias más severas en edificios de mayor altura.
  • Compartimentación exterior, que obliga a introducir barreras y separaciones para frenar la propagación vertical y horizontal de las llamas.
  • Medidas de protección pasiva, incluyendo distancias mínimas de seguridad y soluciones constructivas que impidan la transmisión del fuego a través de elementos como cavidades o sistemas de fachada ventilada.

Con esta evolución legislativa, Italia no solo respondió a un incendio puntual, sino que sentó las bases de un nuevo paradigma normativo, en el que los ensayos de laboratorio son necesarios, pero no suficientes, y se exige además una visión sistémica de la seguridad que integre materiales, diseño y contexto de uso real.

Puedes leer más sobre este cambio normativo y su impacto en la Conferencia Internacional S2B, donde se compartió la evolución de la legislación italiana tras el incendio de 2021.

 

ensayos de reacción al fuego en fachadas

 

Clasificación de edificios y materiales

La RTV 13 introduce una clasificación clara de los edificios en función de su altura, ya que el riesgo de propagación del fuego aumenta de forma significativa en construcciones de mayor envergadura. Se distinguen tres categorías:

  • Edificios pequeños: hasta 12 metros.
  • Edificios medianos: hasta 24 metros.
  • Edificios altos: más de 24 metros.

Cada categoría está asociada a niveles de exigencia diferenciados en cuanto al comportamiento al fuego de los materiales de fachada. En los edificios más altos, por ejemplo, se establece la necesidad de que los materiales de revestimiento alcancen al menos la clasificación B-s1,d0, que combina una baja contribución al fuego, una emisión mínima de humo y ausencia de gotas inflamadas.

La normativa también endurece los requisitos para elementos especialmente sensibles, como los aislantes no protegidos o los sistemas de fachada ventilada, donde la circulación de aire puede favorecer una propagación rápida de las llamas si no se aplican medidas adicionales de seguridad.

En el caso de las cubiertas, la RTV 13 pone el foco en aquellas que integran componentes tecnológicos, como los paneles fotovoltaicos, cada vez más presentes en proyectos de eficiencia energética. Para estas situaciones se exige cumplir con ensayos como Broof (T2, T3, T4), diseñados para comprobar la resistencia frente a la propagación de incendios iniciados en el exterior, por ejemplo a causa de brasas o partículas incandescentes.

Con esta clasificación y requisitos específicos, la normativa busca ofrecer un marco adaptado a la realidad constructiva contemporánea, donde la seguridad no se mide solo por la resistencia de un material aislado, sino por el desempeño de todo el sistema en condiciones reales. Estos criterios de clasificación y exigencias técnicas también fueron detallados en la Conferencia Internacional S2B

Un ensayo no basta para garantizar la seguridad

Los ensayos de reacción al fuego, aunque necesarios, no son suficientes para garantizar la seguridad real de una fachada. El SBI (Single Burning Item), por ejemplo, fue concebido para evaluar incendios en espacios interiores y no siempre captura la complejidad de lo que ocurre en el exterior. Factores como la dirección y velocidad del viento, la ventilación de las cámaras de aire en las fachadas ventiladas o la interacción de múltiples materiales combustibles (madera, compuestos plásticos, paneles fotovoltaicos, entre otros) pueden alterar de forma radical el comportamiento del fuego.

 

ensayos de reacción al fuego en fachadas

 

A esto se suma un reto menos visible pero igualmente relevante: los incendios de combustión lenta o sin llama. Este tipo de incendios, que avanzan de manera casi imperceptible, no suelen reflejarse en los ensayos convencionales, pero pueden comprometer gravemente la seguridad si no se detectan a tiempo. Normas recientes como la EN 16733 comienzan a dar respuesta a este fenómeno, aunque Traina subrayó que todavía hace falta trasladar ese conocimiento a la práctica en diseño, planificación y mantenimiento de edificios

En la Conferencia Internacional S2B se analizó cómo los ensayos actuales deben complementarse con un enfoque más holístico que contemple condiciones reales de incendio en fachadas.

Prevención desde el diseño arquitectónico

Las fachadas contemporáneas incorporan cada vez más soluciones sostenibles y estéticamente innovadoras, como las fachadas verdes, nuevos sistemas de aislamiento de alto rendimiento o la integración de paneles fotovoltaicos. Esta diversidad de materiales y tecnologías, aunque aporta beneficios en términos de eficiencia energética y diseño, también incrementa la complejidad de la seguridad contra incendios.

Por ello, se vuelve imprescindible una colaboración estrecha entre arquitectos e ingenieros de incendios desde las fases iniciales de un proyecto. La correcta planificación de compartimentaciones, la definición de distancias de seguridad, como la separación mínima de un metro entre determinados materiales combustibles y una evaluación integral de los sistemas constructivos resultan factores clave para reducir el riesgo de propagación del fuego por el exterior de los edificios.

Mirando hacia el futuro, se destaca el potencial de la inteligencia artificial (IA) como apoyo en la simulación de escenarios complejos de incendio. Estas herramientas pueden ayudar a anticipar comportamientos difíciles de reproducir en laboratorio, permitiendo ajustar el diseño preventivamente. Sin embargo, recalcó que la IA debe entenderse como un complemento, nunca como un sustituto de los ensayos a gran escala ni del criterio técnico de especialistas en la materia. Esta necesidad de integrar innovación arquitectónica, tecnología y prevención fue uno de los ejes de la Conferencia Internacional S2B, que subrayó la importancia de la colaboración entre disciplinas.

Seguridad para edificios complejos

El mensaje central es claro: la seguridad contra incendios en fachadas modernas no puede limitarse al cumplimiento de un ensayo de laboratorio. Las construcciones actuales, con su combinación de materiales innovadores, tecnologías integradas y diseños cada vez más ambiciosos, requieren de una visión más amplia y estratégica.

Este enfoque integral pasa por varios pilares:

  • Normativas actualizadas y armonizadas con Europa, que ofrezcan un marco común y exigente para todos los países.
  • Ensayos específicos y más realistas, que se acerquen lo máximo posible a las condiciones de incendio en escenarios exteriores.
  • Diseño arquitectónico seguro, que contemple desde la compartimentación de sectores hasta la elección de materiales con un comportamiento al fuego controlado.
  • Colaboración interdisciplinar, en la que arquitectos, ingenieros y especialistas en seguridad trabajen juntos desde el inicio de los proyectos.
  • Herramientas innovadoras, que incluyan tanto nuevas normativas como la aplicación de la inteligencia artificial para modelar y anticipar escenarios de riesgo.

A medida que las fachadas de los edificios incorporen elementos más complejos, como sistemas de energía integrada, vegetación o nuevos compuestos de aislamiento, el desafío será aún mayor. Solo un enfoque holístico y coordinado permitirá garantizar que estas soluciones no solo sean sostenibles y eficientes, sino también seguras y resilientes frente al fuego.

Descarga - Giombattista Traina

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