El suelo sin edificar en las grandes ciudades es escaso. Esto hace que la rehabilitación de edificios sea muy importante para garantizar la calidad de vida y hacer más habitables las viviendas. Un ejemplo de este impulso a la rehabilitación energética es Cataluña, y en concreto Barcelona, donde en el año 2020 la ciudad condal, el Consorci de l’Habitatge de Barcelona (formado por la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona) destinó 20,5 M€ a diferentes líneas para mejorar las condiciones de edificios y viviendas.
Esta nueva convocatoria buscaba hacer las viviendas más habitables y hacer frente a la crisis climática y reactivar la economía local tras la COVID-19.
El objetivo es concienciar a la ciudadanía de que tanto la rehabilitación energética de la envolvente como del interior de las viviendas es fundamental para la sostenibilidad y la calidad de vida, dos aspectos que repercuten de forma directa y positiva en la salud de los habitantes.
La rehabilitación energética con poliuretano
El uso de los sistemas de poliuretano en la rehabilitación de edificios y viviendas se ha incrementado en los últimos años notablemente. El motivo de este incremento se explica por su gran adaptabilidad y su baja conductividad higrotérmica que garantiza un óptimo aislamiento de la envolvente.
Cuando hablamos de rehabilitación de edificios, la tipología que se puede encontrar en los mismos es muy variada. Cabe añadir que las fachadas de muchos cascos históricos, pueden estar catalogadas o protegidas. También puede ser que simplemente no se puede o se desea intervenir por el exterior, ni perder espacio interior. En estos casos, la inyección de espumas de poliuretano son la mejor opción para garantizar la rehabilitación energética.
El poliuretano supone enormes ahorros energéticos gracias al revestimiento hermético que crea la espuma de poliuretano rígido. La aplicación de los sistemas de poliuretano aporta rigidez estructural al edificio, posee una gran adherencia sobre las superficies y mejora la amortiguación de vibraciones.
Además, el poliuretano consigue reforzar la estructura y eliminar las roturas de puente térmico gracias a su capacidad para sellarla frente a la humedad y las posibles fugas de aire. Todo ello, junto con sus prestaciones de durabilidad y resistencia, convierten esta opción de aislamiento en una de las más empleadas en la rehabilitación energética.