Es un sistema de aislamiento que consiste en la aplicación in situ por colada de espuma de poliuretano. Para ello, se baten los dos componentes (poliol e isocianato), consiguiendo así una mezcla que se introduce en la cavidad de la superficie a aislar, en este caso, el techo. El poliuretano inyectado se expandirá en su interior, conformando un aislamiento rígido y de gran durabilidad.
Principales usos del poliuretano inyectado
Este sistema es muy empleado para conseguir un aislamiento térmico eficaz, dada su baja conductividad térmica. También ayuda a aislar acústicamente, a la vez que amortigua vibraciones provocadas por las ondas de sonido.
El poliuretano inyectado cumple, además, con el grado 5 de impermeabilidad que exige el Código Técnico de la Edificación (CTE), al tiempo que permite la transpiración. De esta forma evita la aparición de vapor de agua, por lo que no proliferarán microorganismos ni hongos en el material ni en en la superficie aislada.
Por su forma de aplicación, el poliuretano inyectado es recomendado para aislar zonas de difícil acceso, como pueden ser los techos. Por esta razón es muy empleado en rehabilitación.
Ventajas del poliuretano inyectado en techos
Su alta capacidad de adherencia es una de sus grandes ventajas para aislar elementos constructivos horizontales. El poliuretano inyectado para techos se adapta a cualquier particularidad de la superficie, sellando sin necesidad de emplear elementos de sujeción y evitando descuelgues o deterioros. Así, se puede inyectar tanto en techos planos como inclinados, ya sea en rehabilitación o en obra nueva.
Es una solución de aislamiento muy ventajosa, puesto que ofrece una capa continua, sin juntas ni solapes, que es capaz de cubrir fisuras y huecos. Además, por su ligereza, refuerza la estructura sin añadir apenas peso.
Su estabilidad, resistencia y durabilidad —mantiene intactas sus propiedades más de 50 años, lo que supera la vida útil de la mayoría de elementos constructivos— previene los desprendimientos, al afianzar el forjado.
El poliuretano inyectado garantiza la calidad del aire interior de los edificios, sin desprender fibras ni atraer insectos o roedores.
Eso sí, a la hora de aplicar el poliuretano inyectado para techos es necesario contar con cámara de aire. Por estrecha que sea, la espuma se expandirá en su interior y ofrecerá su máximo efecto aislante. De esta forma tampoco se pierde espacio habitable, puesto que con un grosor mínimo se alcanza el mayor rendimiento.
En esta línea, hay que destacar también su fácil instalación, que no exige obra. Es necesario abrir orificios en la superficie, para introducir por ellos la cánula. Serán de no más de 2-3 cm de diámetro y estarán separados entre sí por medio metro y metro y medio, en función del grosor de la cámara. Hecha la inyección del poliuretano en el techo, bastará con cubrir los agujeros y esperar el tiempo de secado que indique el fabricante.
En resumen, resulta un material de excelente relación calidad-precio, que apenas genera desperdicio y que además favorece la eficiencia energética.