Edith Antonatus, consultora de seguridad contra incendios de PU EUROPE, presentó, en la Conferencia Internacional S2B celebrada en Madrid, un análisis técnico sobre los riesgos asociados a la instalación de paneles fotovoltaicos (PV) en cubiertas, especialmente en aquellas de gran superficie y diseño plano, donde este tipo de sistemas son cada vez más comunes.
Su estudio plantea una pregunta clave: ¿Qué papel juega el tipo de aislamiento en la propagación del fuego cuando se incorporan paneles PV?
Beneficios ambientales frente a riesgos emergentes
La instalación de paneles PV en cubiertas aporta claros beneficios medioambientales al generar energía renovable. Sin embargo, también introduce nuevos desafíos desde el punto de vista de la seguridad contra incendios. Estos riesgos no solo provienen de posibles fallos eléctricos, sino también de cómo interactúan los paneles con los materiales de la cubierta en un escenario de incendio.
Las normas actuales, como la CEN TS-1187, permiten evaluar el comportamiento al fuego de cubiertas, pero siguen sin abordar en profundidad cómo se ve afectado este comportamiento cuando se montan sistemas fotovoltaicos sobre ellas.
Comportamiento al fuego en cubiertas con paneles fotovoltaicos
Con el objetivo de ofrecer una visión basada en datos, PU EUROPE llevó a cabo un estudio experimental para comparar el comportamiento al fuego de dos tipos de aislamiento: poliisocianurato (PIR) y lana mineral. La investigación se centró en evaluar si el uso de un aislamiento combustible como el PIR supone realmente un mayor riesgo que un material no combustible como la lana mineral.
Para ello, se replicaron condiciones reales mediante un montaje de cubierta que incluía paneles PV, fijaciones metálicas, una impermeabilización de PVC y una barrera de vapor. Se aplicó una fuente de calor constante durante diez minutos, y se monitorizaron las temperaturas en distintos niveles del sistema.
Resultados experimentales y diferencias matizadas
Durante las pruebas, el PIR mostró una combustión más rápida al inicio, pero también una estabilización de la temperatura tras unos 20 minutos, gracias a sus propiedades aislantes. Además, su capacidad de carbonización protegió eficazmente las capas inferiores, incluyendo la barrera de vapor.
La lana mineral, por su parte, presentó una combustión más lenta, pero mantuvo temperaturas elevadas durante más tiempo. En algunas zonas, el calor logró penetrar hasta la barrera de vapor, generando daños localizados.
En ambos casos, el fuego se auto-extinguió sin intervención externa, lo que sugiere un comportamiento seguro en condiciones de ensayo.
La dirección del viento y la configuración del sistema como factores determinantes
La investigación también reveló que variables como la dirección del viento y la disposición de los paneles (en este caso, una configuración este-oeste) influyen significativamente en la propagación del fuego. Este tipo de montaje puede favorecer la acumulación de calor, acelerando potencialmente la ignición y propagación en caso de incidente.
Una visión de sistema para evaluar la seguridad
Una de las conclusiones clave es que el tipo de aislamiento, por sí solo, no determina el nivel de riesgo de incendio. Factores como el tipo de panel PV (con o sin marco combustible), el diseño del sistema de montaje y la presencia de barreras contra incendios deben considerarse conjuntamente.
El estudio de PU EUROPE cuestiona la práctica habitual de sustituir automáticamente materiales combustibles por no combustibles sin una evaluación más profunda del conjunto del sistema. Países como Austria ya han comenzado a considerar el PIR como una opción válida para cubiertas con sistemas PV, y algunas aseguradoras están adoptando posturas más matizadas.
Evaluación integral del riesgo
La investigación destaca la importancia de mirar más allá de soluciones simplificadas. La seguridad contra incendios en cubiertas con paneles fotovoltaicos debe evaluarse desde un enfoque integral, que contemple todos los elementos y configuraciones del sistema, en lugar de centrarse únicamente en la naturaleza del material aislante.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de avanzar hacia normativas y recomendaciones técnicas que consideren el sistema completo, favoreciendo soluciones seguras, eficientes y sostenibles para los edificios del futuro.