El Poliuretano es el material aislante más eficiente y duradero que se emplea en edificación.
Eficiente, porque requiere el menor espesor para aportar el mismo aislamiento que el resto de aislantes. Duradero, porque mantiene sus prestaciones inalteradas durante toda la vida del edificio, no necesita reposición ni mantenimiento. Además, el sobre-coste que supone instalar el espesor de aislamiento óptimo, frente al espesor mínimo que exige el Código Técnico, en la partida constructiva supone un incremento medio inferior al 5%, que en el conjunto del edificio será inferior al 0,5%. Por tanto, una inversión del todo viable que recupera el usuario en 3 o 4 años con el ahorro de su factura energética.
La nueva Directiva de Eficiencia Energética en Edificios dicta que la exigencia “óptimo de coste-eficiencia” sea la misma para toda Europa. En cada país este “óptimo“ variará por el clima, pero siempre se deberá alcanzar dicho óptimo. Dicha norma refuerza el alcance de la rehabilitación energética en los edificios, eliminando el umbral de superficie de 1.000 m2. Pero no es suficiente, el compromiso de las administraciones para desarrollar este sector exige unos objetivos muy ambiciosos. Como mínimo, hay que multiplicar por cinco el número de rehabilitaciones que hoy se realizan, para que este sector tenga un peso decisivo en el ahorro energético de nuestro país.
Etiqueta energética
La etiqueta energética para nueva edificación cubre en parte la necesidad de mejora, pues permite convertir el ahorro energético de un edificio en una ventaja competitiva frente a otro. Sin embargo, la gestión de esta etiqueta es competencia de las comunidades autónomas, que no la han considerado en general como una prioridad, y aún hoy no existe en muchas de ellas un decreto que regule su utilización, por lo que son “papel mojado” en muchos casos. El real Decreto para Certificación Energética de los Edificios Existentes, que debería impulsar la rehabilitación energética, es desde hace más de un año “el gran esperado” para todos los interesados en un cambio en el modelo energético y edificatorio del país.
Por ello, la principal novedad que aporta la Directiva Europa de Eficiencia Energética en Edificios publicada este verano es que los nuevos edificios deberán consumir ‘casi-cero’ energía. Esto significa “un edificio que tiene una muy alta eficiencia energética”, que pasa por un nivel óptimo de coste-eficiencia en todas las partes afectadas, empezando por la limitación de la demanda energética de la envolvente, o lo que es lo mismo, el óptimo de aislamiento térmico en fachadas, cubiertas y suelos. En resumen, para que en España esta Nueva Directiva de Eficiencia se implante correctamente es necesaria una urgente revisión del Código Técnico, que recoja niveles óptimos de aislamiento de la envolvente y una política energética-edificatoria que dé prioridad a la rehabilitación de fachadas y cubiertas de edificios. No hay Eficiencia sin Aislamiento Óptimo.
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