La Unión Europea ignora sus propias iniciativas de eficiencia energética en construcción

La política de las instituciones de la Unión Europea en Bruselas en lo que a construcción sostenible se refiere, ha sido «poco ambiciosa» en términos de eficiencia energética, según el Tribunal de Cuentas Europeo , algo que se aprecia en el desplifarro energético de sus propios edificios


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Las normas de construcción sostenible y las iniciativas que promueve la UE para una mayor eficiencia en los edificios no se emplean para los nuevos edificios o grandes proyectos de rehabilitación de los propios edificios públicos. Así de crudo.

display-edificio-comisionSu informe especial expone las deficiencias en el enfoque de la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, así como otras organizaciones de la UE. El informe toma como muestra el período 2005-2013.

Los auditores pidieron a la Comisión que proponga una política común para reducir la huella de carbono de las operaciones administrativas de las instituciones de la UE. Esta política debe incluir un objetivo de reducción global cuantificado para las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. Es a través de los procesos de diseño de un nuevo edificio, o para una rehabilitación importante, donde mayor impacto puede tener en su futuro rendimiento energético, según refleja el informe.

«La mejora de la eficiencia energética de los edificios será un gran desafío para los próximos años«, concluye. «Es importante que las instituciones y órganos de la UE fijen objetivos ambiciosos para sus propios edificios, si quieren reducir las emisiones”, aseguraba Ladislav Balko, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo. «Prestar atención al desempeño ambiental en sus operaciones diarias es importante no sólo para su propia credibilidad, sino también para la credibilidad de la política climática de la Unión Europea«.

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 Iniciativas sostenibles ignoradas

Los auditores de la UE encontraron que las instituciones lograron invertir la tendencia de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el consumo de energía en sus edificios.

Los esfuerzos para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero comenzaron a mayor escala en 2006, sin embargo, los auditores encontraron que faltaba un enfoque sistemático centrado en la eficiencia.

Así, políticas respaldadas públicamente por las instituciones, tales como los requisitos de ‘Adquisiciones Públicas Sostenibles’(GPP), no se pusieron en marcha, tal y como estaba previsto. Los criterios del GPP persiguen la potenciar la compra de productos, sostenibles, respetuosos con el medio ambiente. Entre los productos y servicios cubiertos están aislamiento térmico, la iluminación interior y la instalación de ventanas vidriadas, puertas y tragaluces. Pero lamentablemente la ‘compra verde’ es concebida como una opción y no una obligación establecida en derecho financiero actual de la UE.

El Programa de Construcción Sostenible (GBP) fue lanzado por de forma conjunta por la Comisión Europea y el Centro de Investigación en 2005. El programa, también de aplicación voluntaria,  persigue en este caso animar a los propietarios de edificios de viviendas a utilizar las medidas de eficiencia energética rentables.

De acuerdo al GBP cualquier nuevo edificio consume un 25% menos de energía primaria total que el estándar de edificio existente. Y ningún edificio existente debe consumir al menos una cuarta parte menos de energía después de su remodelación. «Ninguna de las instituciones auditadas de la UE se había adherido al enfoque promovido en el marco del conjunto de herramientas GPP y el GBP para la construcción de proyectos en Bruselas” , aseguraron los auditores.

Sorprendentemente, desde el Consejo de la Unión Europea, por su parte, argumentaron a los auditores el programa GBP no era relevante para su edificio, que está actualmente en construcción.

Sin embargo, las principales partes del edificio que tienen que integrarse en el proyecto se construyeron entre 1922 y 1927. Según el Consejo, ésta era una limitación técnica importante con un impacto considerable en el rendimiento energético del edificio.
Así, la Comisión espera haber reemplazado o renovado el 50% de su superficie total en Bruselas en 2025. En los próximos años, el Parlamento tendrá que renovar sus principales edificios en Bruselas. El primero en ser renovado será el edificio Paul Henri Spaak.

Presidente-Juncker

EMAS

El Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría Medioambiental (EMAS) es un programa desarrollado por la Comisión para que las empresas evalúen y mejoren su rendimiento medioambiental, incluyendo la de sus edificios.

Actualmente, hay más de 4500 organizaciones y aproximadamente 8.150 sitios EMAS registrados en todo el mundo. Pero el progreso en la introducción a las instituciones europeas ha sido lento, asegura el informe.

El registro del EMAS para las administraciones públicas ha sido posible desde 2001 y, en junio de 2014, siete de las instituciones y órganos de la UE auditados ya estaban registrados.Todas las instituciones y órganos de la UE deben inscribirse en el EMAS y ponerlo en práctica, al tiempo que se reducen las limitaciones de su ámbito de aplicación”, recomienda el informe.

La Oficina de la Unión Europea de Armonización del Mercado Interior evaluó los beneficios financieros de sus inversiones en el EMAS, destinadas a aumentar la eficiencia energética de su edificio. Estas inversiones incluyen paneles solares, renovación interior y una planta de refrigeración entre 2010-2012. La Oficina espera ahorrar alrededor de 2,5 millones de euros, con el retorno de la inversión y el ahorro de costes, en un período de unos siete años.

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