Construir edificios eficientes es imprescindible para conseguir ciudades más sostenibles. Rehabilitar los existentes para mejorar su comportamiento energético es también clave si queremos reducir las emisiones que generan las edificaciones, que alcanzan el 40% del total en la Unión Europea.
El aislamiento es esencial para evitar pérdidas de energía, y por tanto para ahorrar en consumo y en emisiones. No hay que olvidar que el uso racional de los recursos es más que necesario para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de construir una casa eficiente?
Las casas eficientes conjugan soluciones arquitectónicas y ambientales que permiten el confort interior durante todo el año y el uso de hasta el 85% menos de energía que las convencionales.
La orientación de la edificación es fundamental para la eficiencia, porque si elegimos la adecuada, se aprovechará el calor y la luz del sol para calentar e iluminar. A la vez, se regulará la temperatura empleando ventilación natural, que es una estrategia de enfriamiento pasivo muy recomendable. Consiste en, sencillamente, promover la conocida como ventilación cruzada.
Es importante también adecuarse al clima local y sus particularidades (horas de luz, humedad, lluvias, temperaturas máximas y mínimas, etc.). En el hemisferio norte la orientación más adecuada es la sur, ocurriendo a la inversa en el sur, en donde se debe construir mirando al norte.
A la hora de diseñar la casa, es vital hacer una adecuada elección de materiales. Resultarán esenciales a la hora de lograr el confort térmico, entre ellos los empleados en los sistemas de aislamiento. La sostenibilidad debe ser una variable muy importante en la toma de estas decisiones.
Por otro lado, apostar por la autosuficiencia energética de las edificaciones permitirá que no dependan de fuentes externas. Por ello se elegirán sistemas de energía renovables integrados en la construcción, como son los paneles solares o las instalaciones de geotermia.
¿Cómo pierde energía una casa y cómo podemos evitarlo?
Una casa eficiente deberá tener altos niveles de aislamiento térmico. Es decir un aislamiento continuo, que suprima los puentes térmicos, que evite infiltraciones de aire y pérdidas de energía, y que proteja de la aparición de humedades y condensaciones es fundamental.
Hay que prestar especial atención a la envolvente del edificio, que es por donde es más frecuente perder eficiencia. Resulta también relevante contar con ventanas con doble y hasta triple acristalamiento, así como con carpinterías con rotura de puente térmico y sistemas que impidan las fugas de aire. Todo esto unido a un aislamiento eficaz, nos acercará al objetivo de construir una casa eficiente.
En esta línea, el aislamiento con poliuretano es la mejor alternativa. Su altísima capacidad de aislamiento lo convierten en el sistema aislante protagonista en la construcción de casas eficientes energéticamente. Su aplicación genera una capa continua, sin juntas, muy resistente y duradera. Además, impermeabiliza a la vez que permite la transpiración, por lo que es una herramienta eficaz contra humedades.
En conclusión, la eficiencia energética de una casa se consigue con la aplicación de múltiples medidas que van desde el proceso mismo del diseño hasta la construcción y el mantenimiento.
